La cirugía estética ha supuesto toda una revolución a la hora de mejorar o cambiar los pequeños detalles que no nos gustan de nuestro cuerpo. Esto implica, como en cualquier tipo de operación, que tenemos que informarnos adecuadamente, elegir bien el centro en el que nos tratarán y saber cuáles son los riesgos reales de cada intervención.
¿Qué es lo que debemos tener en cuenta?
Antes de pasar por quirófano es necesario…
Informarse sobre los riesgos:
Todo procedimiento, quirúrgico o no quirúrgico, tiene indicaciones, efectos secundarios, riesgos y posibles contraindicaciones relacionadas con el paciente. Por ejemplo, el tipo de piel, el estado nutricional o el consumo de medicamentos de cada persona, en particular, pueden influir en las sustancias a inyectar, implementos utilizados o el procedimiento en sí. Por último, están las complicaciones derivadas de no seguir las indicaciones médicas.
Elegir una clínica experimentada:
Es uno de los pasos más importantes, ya que llevar a cabo el procedimiento en un centro que no cumpla con todos los requisitos necesarios puede poner en serio peligro la salud del paciente.
Elegir un cirujano profesional:
No todos los médicos son expertos en este tipo de cirugías, por eso es importante conocer la experiencia del profesional que llevará a cabo el procedimiento antes de someterse a la intervención.
Exigir un material homologado y de calidad:
Todos los materiales deben estar homologados (en caso de prótesis, rellenos, etc). Además, tras la intervención y para justificar la autenticidad y garantía (en caso de implantes), el paciente debe recibir una tarjeta de identificación de los mismos, con el número de registro de la prótesis.
Consulta previa:
Se trata de un paso muy importante, ya que es fundamental que la paciente conozca todo el proceso y reciba información y consejo sobre el tipo de implante o intervención más adecuada.
Estar convencida:
Se trata de una decisión personal, que debes tomar porque te haga feliz a ti, y no pensar en agradar a terceros, y ser consciente de que todo cambio físico conlleva un proceso de adaptación a él.